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Sin Verte ETOAM LAV

Sin verte: HUNDIDO en el ocaso El sol tras de los montes; No ver sino tinieblas Y negros horizontes; No oír del ave amante Los tímidos murmullos, Ni notas, ni armonías, Ni plácidos arrullos. Sinó ansias,  tedio , enojos, En malestar atroz, Eso es no ver tus ojos. Eso es no oír tu voz. José Tomás de Cuellar

Nada nuevo...

Nihil Novum ¡Cuántos, pues, habrán amado Como mi alma triste amó... Y cuántos habrán llorado como yo! ¡Cuántos habrán padecido Lo que padecí, Y cuántos habrán perdido Lo que perdí! Canté con el mismo canto, lloré con el mismo llanto de los demás, y esta angustia y este tedio ya los tendrán sin remedio los que caminan detrás. Mi libro sólo es, en suma, una gotícula entre la bruma, una molécula en el crisol del común sufrir, renuevo del gran dolor: ¡nada nuevo bajo el sol! Mas tiene cada berilo Su manera de brillar, Y cada llanto su estilo peculiar.

Pobrecita mia!

Pobrecita mia! Bien sé que no puedes, pobrecita mía, venir a buscarme. ¡Si pudieras, vendrías! Acaso te causan dolor mis fatigas, mis ansias de verte, mis quejas baldías, mi tedio implacable, mi horror por la vida. ¡No puedes traerme consuelo! ¡Si pudieras, vendrías! ¿Qué honda, qué honda debe ser la sima Donde caen los muertos, pobrecita mía! ¡qué mares sin playas qué noche infinita qué pozos danaideos, qué fieras estigias deben separarnos de los que se mueren desgajando en dos almas una misma, Para que no puedas venir a buscarme! si pudieras, vendrías... Amamdo Nervo.

Tedio

Tedio. He vivido en la superficie de las cosas. Mas viví también por fortuna en las palabras. Ellas iban incorporándome a la lentitud Penetrando las estaciones de mi piel dilatando la malla amarga de los días Rastreando el frío y el calor en los seres Zambulléndose en el amor hasta salir al tedio En el tedio hasta dar en la esperanza En la esperanza hasta emerger en el asombro Sin yo quererlo o porque lo quería. Las palabras maravillosamente incapaces de compromiso. No soy un juglar de la descomposición. Acaso amo sobre todas las cosas el lugar del canto del pinzón La aérea ebriedad de las mimosas Y el minuto con memoria del beso de los amantes. Pero hay que ir hasta el fondo Correr el riesgo de abrazarse en la resistencia de las cosas Para sacar acaso la cabeza al otro lado del espejo O en el frescor de un nuevo meridiano.

Versos tristes.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mi

Mi tormento

No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti. Muero de ti y de mi, muero de ambos, de nosotros, de ese, desgarrado, partido, me muero, te muero, lo morimos. Morimos en mi cuarto en que estoy solo, en mi cama en que faltas, en la calle donde mi brazo va vacío, en el cine y los parques, los tranvías, los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza y mi mano tu mano y todo yo te sé como yo mismo. Morimos en el sitio que le he prestado al aire para que estés fuera de mí, y en el lugar en que el aire se acaba cuando te echo mi piel encima y nos conocemos en nosotros, separados del mundo, dichosa, penetrada, y cierto , interminable. Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos entre los dos, ahora, separados, del uno al otro, diariamente, cayéndonos en múltiples estatuas, en gestos que no vemos, en nuestras manos que nos necesitan. Nos morimos, amor, muero en t

Mi poema favorito

LA VIDA Et stultorum infinitus est numerus Ecle. L.XV Es la vida risa y llanto; y los hombres, a fe mía, son locos que en romería marchan para el camposanto. Y veo con placer profundo que los cuerdos son tan pocos, que es un hospital de locos todo el ámbito del mundo. Si a tanto loco perverso tratáramos de encerrar, preciso era circundar de muros el universo. En las necias bataholas del mundo que tanto miente, la gente empuja a la gente como a las olas las olas. Cada edad ¡oh contratiempo! a quien la tierra se traga, es una onda que se apaga sobre los mares del tiempo. Porque la vida, en verdad, del hombre, reptil rehacio, es burbuja en el espacio, es nada en la eternidad. ¿Y la historia?... Ese vestigio sólo enseña, por mi nombre, que el hombre es mono del hombre y un siglo plagia a otro siglo. Hoy, como antes, diviniza lo absurdo el hombre ¡qué horror! y cuando cambia de error sueña que se civiliza. Entre brumas tenebrosas los errores